Gastronomía

Santoral español y tripadas de guardar

20 enero 2023

Buenos días, buenas tardes, buenas noches gente de bien comer y de bien beber. Bienvenidos de nuevo al rincón de la pitanza y el despiporre gastronómico.

De todos los que me escucháis… que levante el dedo quien no disfrute de una buena reunión alrededor de una mesa llena de comida.

Creo que nadie ha levantado nada, así que me llena de orgullo y satisfacción hacer una vuelta entera al sol con vosotros y recorrer mes a mes, celebración tras celebración los festines que el calendario nos marca como ineludibles. Y es que nuestro calendario español esta repleto de momentos en los que la pitanza es la gran protagonista.

Comencemos por el principio. Enero.

Escuchaba la radio el otro día de camino al trabajo y decía la locutora, que se había apuntado al gimnasio y que había hecho el propósito de cuidarse y dedicar culto al cuerpo. Y seguro que muchos de vosotros habéis hecho lo mismo.

Yo también lo intenté. Pero a los dos días Alberto Bielsa y Jorge González me llamaron a la cocina del restaurante de cachopos mas famoso de toda la ciudad. Me refiero al Sr. Cachopo en Andrés Piquer. El plan era muy bueno, nos presentamos al campeonato del mundo de cachopos que se celebrara en marzo en Asturias. Chefs de todo el mundo compiten por el ansiado premio. Y nosotros vamos a por todas. Dos días comiendo mandarinas y tortitas de arroz, infusiones diuréticas y zasca. Entre los 6 que estábamos en esa mesa, nos metimos entre pecho y espalda 7 kilos de las mejores terneras del globo terráqueo intercaladas con quesos y otras delicias mundanas además de una selección de guarniciones celestiales que hacían de esos cachopos dignos candidatos para traernos algún premio. Ya se me ha pasado las ganas de dieta. Maldita sea… que pena de fuerza de voluntad. En fin, la culpa es del calendario español lleno de fechas que celebrar.

Hala que me pierdo, retomamos enero.

Año nuevo, vida nueva dicen. Pero las sobras de Nochevieja hay que gastarlas ¿no? Como las vamos a dejar perder. Langostinos, tostaditas, gulas en nuestras casas, angulas para los ricos… y esa bandeja rellena de dulces…. Va, que en que pasen estos días salgo a correr.

Pero llegan reyes. En mi casa ese día veo al menos 350 roscones. Mi flaca lleva varios días cociendo y rellenando. Y aunque hay años que no nos quedan y al final viene algún tardano olvidadizo que se lleva el nuestro, este año si que guardamos uno, de los grandes. Bien de roscón. Y cómo no, una copica de orujo de hierbas. Este año además Reyes cayo muy mal, nos quedaba por delante un finde entero. Visita de Sergio y Saioa y nos fuimos a darnos un homenaje al Birabola. Entrar en mi Instagram y veréis lo que nos apretamos sin pestañear.

En fin, acabadas las vacaciones de navidad, retomamos la dieta. Pero llega la mejor temporada de trufa negra, túber melanosporum, cómo no vamos a preparar unos huevos rotos con patatas fritas caseras doradas en rico aceite de oliva.

Pero a lo que empezamos a olvidarnos de las fechas navideñas, aparece San Antón. Hogueras, chorizos a la brasa y pataticas a la lumbre, con sal y chorradica de unto.  Aunque diéramos cien vueltas con el perro a la hoguera con el fin de bendecirlo y protegerlo, dudo que quemáramos las calorías de la merienda. En Luceni siempre en el corral del ayuntamiento nos juntamos los vecinos al calor de las llamas.

El clima no esta como para pasear mucho, así que peli y manta.

Que viento hace maños, el día 29 de enero… San Valero rosconero. En la plaza del pilar cientos de abueletes y no tan abueletes hacen cola para comer gratis un pedazo de roscón. En fin…

Si te toca el haba lo pagas, de ahí la expresión eres el tonto del haba. Un piropo muy aragonés verdad.

Para febrero ya busca la sombra el perro. Enseguida llega el día 5. Santa Águeda. La mártir. La que con sus reliquias celebramos el padecimiento de la pobre mujer. Tetas de Santa Águeda y como no, como hacia mucho que no celebrábamos, cena con baile y como no reliquia rellena de nata, trufa o lo que sea con pezón de guinda al marrasquino. San Blas San Blas, las cigüeñas verás. Roscos de san Blas para el 11 febrero con aroma de naranja y azahar.

San Valentín. Angelote de los enamorados endúlzame el día. Corazón de hojaldre crujiente relleno de nata montada y bien de azúcar glasé. Este sí que me priva. Que no se me olvide, carnaval con sus torrijas, su bacalao y sus pestiños y crespillos. Rosquillas de anís y buñuelos de viento. Unos huecos rellenos de crema y otros de bacalao con ajo y perejil. Pero también llega jueves lardero, longaniza en el puchero. Últimos días junto con los días de carnaval en los que nos damos a la carne y a los apetitos frugales.

Llega marzo, un mes tranquilo. Vamos al monte a merendar un pan redondo lleno de tortilla de longaniza para celebrarlo.

El día de la Cinco Marzada. Y como no, también tiene su pastel, el cinco de hojaldre y crema, que también tiene su versión de pasta choux rellena de crema y bañados en glasa real o chocolate.

Llega el día del padre, y nos inventamos la vara de San José, que hace días que no comíamos un buen dulce ¿verdad?

Potaje de vigilia, arroz con borrajas y almejas, abadejo en salsa, anguila con patatas… estamos llegando a territorio Cuaresma. A veces en marzo a veces en abril. No pasa nada, la Semana Santa llega. En el telediario nos cuentas el buen tiempo que va a hacer en Benidorm y todos a reservar hotel. Luego llueve a mares y llegan las noticias apocalípticas de Pedro Piqueras con las anulaciones y la crisis hostelera del levante. En Semana Santa, una paellica en la playa o en el jardín ya puede caer, que algún día bueno hace.

San Jorge, ranchos, lanzones y las fiestas de los pueblos ribereños que empiezan a marcarse en rojo en los calendarios. Antes ya ha habido alguna fiesta como en Pradilla o la Catedra de Gallur. Pero con la primavera comienza el festival de fiestas aleatorias. En mi caso las de Luceni a finales de abril y enseguida las del Santo Cristo de Boquiñeni. Buenas fiestas las dos.

Mayo, comuniones, bautizos, el mes de las flores. Empezamos a tener nervios porque os propósitos de año nuevo no se han cumplido, el Michelín no baja y comenzamos el amago de operación bikini. Queda un mes para verano y aunque metamos tripa y nos depilemos no estamos como el mozo del anuncio de los calzoncillos apretados. Pobre mozo, se ha metido el bocata en el gallumbo escondido… o eso parece por lo abultado del slip.

Junio, dos semanas casi seguidas de fiestas en Gallur. Almuerzos sin fin que se unen con la comida que se une con el tardeo y las tapas que se fusionan con el bocata en las vacas que terminan en cena y copas. Que un nutricionista venga a salvar nuestras arterias y cuente las calorías si tiene narices.

Yo en verano si que hago deporte. Natación sin parar de chapuzón en chapuzón, menos mal que cortamos jamón, hogazas del yayo Gilberto, tomate de Faustino con ajo y aceite y algún tazón light de gazpacho que preparo con Izan.  Igual da decir julio que agosto, esos meses se vive en bucle. Tapas en el chiringuito de Salou, la cena del 15 de agosto, los embutidos que trae el tito Fer de Extremadura, otras paellas en la pineda o en las piscinas…

Y de nuevo de fiestas. De pueblo en pueblo, la ribera es cojonuda para esto.

Septiembre. Llegan a los quioscos los coleccionables de dedales, de el coche teledirigido en 5mil entregas de 65 euros… pero también llega el momento de recapacitar y darnos cuenta de que no hemos cerrado la boca en estos 9 meses. Y queda lo mejor.

Octubre. Pilares, las Food Trucks donde curra la tía Leti, la comida del pilar, el algodón de las ferias, el pan, jamón, chorizo y vino, las fiestas del rosario, el manto de la virgen, el melocotón de Calanda en su mejor momento, los churros de la salida de las vacas, el almuerzo en los aledaños de la plaza de toros.

Noviembre, si no fuera porque es el cumpleaños de Cris, sería un mes aburrido. Solo un par de quedadas con amigos para pasar las oscuras tardes zampando unas barbacoas con panceta y poco más. Sobresaturaciones de caramelos por jaguelin grupo, soy Vanesa. La hoguera de Todos los Santos y los huesos de santo cargados de harina de almendras, azúcar y yema confitada, mi amiga catalana trae carquiñoles y panellets. Hay que hacerles aprecio y además es que están cojonudos. Que acabe el año por favor. Ya solo nos queda diciembre. El puente de la Constitución si hay suerte hay nieve, pero antes de calzarnos los esquís, almuerzo y tazón de caldo con jerez para calentar el cuerpo. Vamos a pasear por la capital anda, a gastar tarde y mover el cuerpo. Pero ¡esperad! Chocolate con churros en la Fama, hojaldre en la pastelería del tubo tan antigua, y que mal estaría no visitar a la castañera para comprar y calentar las manos con esos deliciosos frutos a medio churrascar.

Me llama la suegra. Edu, hay que ir preparando para las cenas y comidas de navidad, ¿Qué hacemos este año?

En serio, ¡ya ha pasado el año!!

Nada suegra, poca cosa, cien kilos de langostinos, almejas, navajas y otras delicatessen, acompañadas de turrones y mazapanes de nuevo. Pero… si acabamos de tirar los del año pasado…

Tronco de navidad, pastel de San Silvestre, uvas con champan…

Feliz año amigos y amigas. Feliz 2024…. Jeje

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