Sala Permanente de Exposiciones
Del cuaderno al lienzo
Nací hace setenta años en las lluviosas tierras del norte. La primera formación artística la recibí de mi padre. Aún recuerdo con añoranza las tardes de los domingos pintando acuarela junto a él.
Con dieciocho años me trasladé a Madrid para estudiar arquitectura que compatibilizaba con mi formación en el Circulo de Bellas Artes de Madrid. Allí conocí a gente como Benjamín Palencia y toda la vanguardia de los 70 y realizo mis primeras exposiciones colectivas, y, como buen aspirante a la vida bohemia de la época tenía un puesto, junto con dos amigos, en el rastro madrileño donde vendíamos nuestras obras.
Y después de muchas pinturas, años y avatares me encuentro en La Ribera Alta del Ebro preparando esta exposición para La Garceta de la Ribera. Exposición que tiene dos padres, yo como pintor y Guillermo Garceta como pertinaz conseguidor.
Del cuaderno al lienzo
He llamado así a esta exposición por dos razones. La primera es que no se me ha ocurrido otro título mejor y la segunda es porque indica lo que quiero mostrar, no tanto una serie más o menos homogénea de cuadros sino el nacimiento y su culminación, afortunada o no en un cuadro. Cómo es la primera idea que surge y cómo ésta se transforma en algo con forma e intención.
Aunque no siempre el primer boceto de una obra aparece en mi cuaderno, donde se mezclan simples ideas, apuntes de viajes y todo lo más variopinto que imaginéis, incluidas listas de la compra, sí es bastante frecuente que este sea el vientre donde se gesta.
Y eso es lo que quiero enseñar. Lo que veréis son obras de distintas épocas, con distintos discursos pictóricos y sin otro nexo en común salvo que su génesis está en el cuaderno de apuntes. Bueno, debería hablar en plural, cuadernos de apuntes.
Tengo que confesar que al mostrar estos dibujos siento un poco de vergüenza. Me siento casi desnudo ante vosotros. Solo espero que disfrutéis con ello, con mis bocetos/cuadros, no con mi desnudez que no está para muchas miradas.
Empecemos por "Arrabal".
Pasé accidentalmente por un barrio de una gran ciudad. Más que barrio, unas casas decrépitas de lo que pretendió ser hogar de alguien, a las afueras en una zona industrial ya abandonada.
Solo quedaban solares con escombros, una vivienda habitada a saber por qué seres desafortunados e iluminada por una triste bombilla pero sobre todo quedaba melancolía, mucha melancolía, la imagen se reforzaba con la lejanía de las luces de la ciudad.
El cuadro es óleo sobre lienzo, excepto el cielo para el que he empleado “Azul Monserrat” el colorante que nuestras abuelas añadían a la colada para que pareciese más blanca.
Fijaos en la composición del cuadro, la casa ocupa la mitad del lienzo exactamente igual que las luces en la lejanía para resaltar lo que antes os comentaba.
Paisajes
Si hay un paisaje que me seduce es el aragonés, esas ondulaciones absolutamente sensuales, esas entonaciones jugando con matices del mismo color pero distinto en cada época del año.
En este caso es Arto, cerca de Sabiñánigo.
El dibujo pretende ser fiel reflejo de la realidad, sin embargo, ya en el estudio he desarrollado solamente una parte de él, me parecía que meter todos los elementos en un solo lienzo era perder la magia del paisaje.
En este caso he empleado muchos empastes sobre un fondo rojizo para darle fuerza y calidez. Aunque a veces una segunda mirada da un resultado radicalmente distinto.
Alguien dijo, o debería haber dicho "El paisaje del Aragón seco y especialmente el de los Monegros es un desafío. Una tentación, una necesidad. Hay que pintarlo, hay que saber singularizar su extensión, sus arabescos, su soledad vencida y sus paradojas... es un paisaje interior".
Mi entorno
Esta imagen de Figueruelas la tomé directamente en óleo sobre el papel y nunca ha pasado a lienzo. Pienso que nunca lo hará, nació para ser apunte.
Fue durante el primer confinamiento de la pandemia, de ahí la soledad de su calle que pretendí enfatizarla con una perspectiva muy forzada del primer plano.
De la misma época son estos "Manzanos al atardecer"
Me llamó la atención el entrecruzado de sus ramas nudosas y como imprimían su personalidad a la luz brumosa del atardecer de otoño.
Aquella imagen se transformó en este cuadro lleno de veladuras en el cual las ramas pretenden quedarse con la luz que pasa entre ellas.
La obra está realizada en óleo sobre tablero, este soporte me permite forzar más las veladuras que el lienzo.
Un simple garabato sirve de recuerdo. Hay que dejar memoria del momento, si no se pierde para siempre.
De nuevo el motivo principal del cuadro no es el objeto, los pies, sino la ensoñación de su sombra proyectada.
¡Maldita Máquina!
Al fondo, en la penumbra una mujer está ausente de todo y de todos. Solo escucha esa machacona y perversa musica. Está seducida por las luces de la maldita maquina.
El cuadro final está realizado en acrílico sobre papel de periodico pegado en panel de madera.
Aunque el apunte está tomado de un bar, para el cuadro posó mi querida amiga Silvia que siempre se horroriza cuando se ve reflejada así.
Lugares y fechas
La pintura no tiene por que ser amable, sosegada, facil de mirar, hay veces que nace del dolor, del desasosiego.
Veía hace ya unos años una fotografía de una chabola levantada en medio de uas ruinas, en pleno escenario de una guerra que ya ni recuerdo pero que podría ser de hoy, de Siria, de Palestina de que se yo donde porque todas traen lo mismo.
Por eso este cuadro lleva ese título "Lugares y fechas" por todos los lugares donde ha vivido la barbarie en cualquier momento de la historia.
Sobre la pared azul escrito con tiza se superponen los nombres y fechas de los conflictos que recordé, mezclandose hasta no distinguirse uno de otro.
Con cartón ondulado se construye la chabola como alegoría a las chapas que los más afortunados pueden utilizar para guarecerse.
En el umbral de la entrada una cruz cierra el paso a la esperanza.
Como simbolo para mí, que ahora comparto con vosotros, el amarillo naranja está realizado con colorante de alimentos, eso que no llegará a los moradores de la chabola.
Capricho
Si algo me resulta inspirador es el café de la mañana.
En vez de tanta tontería deberían instituir el día mundial del primer café de la mañana.
Por puro capricho estético he querido jugar con distintos elementos, como un saco viejo, y texturas.
Este es el resultado.
Brindis
Celebremos esta exposición en la Garzeta de la Ribera con una cervecita a nuestra salud.
Esperamos que te haya gustado la exposición, te convidamos a volver a visitarnos cuando gustes.
Puedes seguir a Jose Ramón en su Instagram @bosquezarate