Gastronomía

Masas fritas lamineras de morro fino

18 noviembre 2023

Buenos días, buenas tardes buenas noches, amigos y seguidores e la garceta de la ribera.

No llegaba, no venía, pero vino, llego y nos refresco. Bienvenido sea usted señor otoño, gracias por haber llegado unos días tarde, nos ha hecho ahorrar un poco en gasoil y nos ha dejado disfrutar de un veranillo algo largo. Casi casi se ha juntado con el invierno. Estas tardes frescas a mi me encantan. Sigo de bajón de kilos. Ya me he quitado alguno. No sé exactamente cuántos, pero algo sí. Se me nota en los pantalones del trabajo, que cuando me agacho se me ve la hucha. Y por este motivo, ahora que noto que gano algo con este cuerpo escombro, hablare de estas delicias, pero sin catarlas. Por lo menos hasta que me quepa el culo en una 44.

Hablo amigas y amigos de las masas fritas lamineras.

¿No sabéis de que estoy hablando? Pues vaya plan, seguro que a la plaza de vuestro pueblo va algún churrero itinerante con sus tortas, sus bandejas de buñuelos, sus tortas…

O alguna abuela o guisandera de mas de 40 cocina con sus nietos en Pradilla o remolinos unos buñuelos de viento o de calabaza dulce.

Pasando nuestra ribera camino de las 5 villas o el prepirineo nos encontraremos los empanadicos, los dobladillos….

Pero recuerdo los chuchines de mi tía María. ¡Hay! ¡Recuerdo tanto a mi tía maría! Ella se merece el homenaje de un post solamente para ella, pero de momento os dejo como muestra sus chuchines.

Los chuchines, son barritas retorcidas fritas de harina escaldada en agua hirviendo con grasa. Llevaba anises, anís dulce, azúcar, huevos… son muy parecidos a las rosquillas y se fríen y rebozan con azúcar de igual forma.

Pero quizás solo los conozcamos nosotros. No sé si esta receta es conocida en el resto de hogares o solo es una variante especial y espacial de mi tía María.

Estos dulces además durante años fueron los culpables de mi abandono de las masas fritas.

Cojan palomitas que empieza a historieta del abuelo cebolleta chef.

Estábamos en casa de la yaya rosa, allá por 1989, 1990…. Mis primos Alex, Alberto, mi hermana y yo corríamos el pasillo encerado de la abuela por el que solo se podía pasar con los pies apoyados en bayetas de tela para no hacer rayas… daba igual, corríamos. En la tele el abuelo fundía el decodificador viendo cualquier deporte en la tele. Vino la tía María a casa, y su intención fue hacer chuchines para todos. Preparo la masa y el mayor de todos los primos ósea, yo. Se puso cual lechón a engullir la masa sin freír que estaba buenísima. A lo que la siguió yo que se cuantos chuchines calientes. Los retorcijones no tardaron mucho a llegar. Me empache. Recuerdo esos dolores de tripa como si fuera ahora. Estuve un día entero sin comer. Y me costo volver a probarlos. Pero ojalá pudiera meter en la boca uno de esos.

Pero bueno, este manjar solo es uno de los referentes patrios de las masas fritas.

Habéis probado los buñuelos huecos o buñuelos de viento.

Mas o menos lo mismo. Agua, harina, sal, azúcar, mantequilla…. Escaldando con cuidado, añadiendo huevos poco a poco y friendo con ayuda de un palo de madera largo. Si los has hecho bien los buñuelos se dan la vuelta solos. De forma automática. Quedan dorados por fuera, huecos y esponjosos. Si quieres puedes hacer con un huevo, un poco de Maizena, y azúcar una crema pastelera. En la leche echa vainilla y será crema de vainilla, y si al final le fundes media tableta de chocolate pues crema de chocolate, y si le añades media taza de Baileys pues de cacao y Baileys…. En fin, una crema buena. La metes en una manga con boquilla fina y les insertas a los buñuelos una buena dosis de relleno. Los pasas por una bandeja con azúcar y a flipar.

Seguro que sois como yo de los que pasáis por la puerta del alcampo y el olor de la churrería os hace flotar como a carpanta tras un pollo asado.

Media docena es poco. Churrera por favor una docenica de 13 por favor.

Algunas veces cuela. Otras, la mayor parte de ellas no. Y además que lo que mas me gusta de los churros también es traer a casa unos pocos a la tía Rosarito y a la yaya Cristina. Aunque siempre dicen… tengo mal el estómago. Pero sé que alguno cae…

Otra versión de la misma masa son las tortas. Con sus burbujas crujientes y su capa de azúcar pegada.

La abuela nieves hacia rosquillas de anís. Hacia la masa muy parecida a la de los chuchines y los buñuelos, pero mas esponjosa. Y las bañaba en azúcar y canela. El anís que usaba impregnaba sus manos y el delantal de aromas. Y hay que ver lo que echo en falta sus rosquillas, sus lentejas, su sopa y en general a ella.

Este post me esta haciendo recordarlas a todas.

Y aunque es bueno, se me aprieta el estomago y esta vez no es por la masa de los chuchines.

¿Vamos a terminar friendo alguna masa o qué?

Pues claro que si guapis.

Preparamos la sartén que como ya hablamos la otra quincena, articulo determinado femenino singular.

Aquí si que hay que apuntar si quieres que te salgan bien.

Saca el lápiz…

350 gr de harina de trigo fuerte.

6 gramos de levadura prensada de panadería.

Medio litro de water griffin osea… agua del grifo.

100 gr de mantequilla de buena calidad

1 pellizco de sal

Azúcar cantidubi 20 gramos para la masa y el resto para rebozar después de freír. 8 huevos de gallina, los de avestruz son demasiado.

Comenzamos hirviendo el agua con la mantequilla, la sal y el azúcar. Reservamos un poco de agua en la que disolveremos la levadura y mezclaremos todo junto. Escaldaremos la harina fuera del fuego y dejamos reposar 10 minutos hasta que se enfríe un poco. Añadimos uno a uno los huevos. No echamos el segundo hasta que el primero se integre. Y así hasta el último. Esa masa la cogeremos a cucharadas y dejaremos caer en el aceite caliente. No muy caliente o se quemarán y estarán crudos por dentro.

Si has escaldado bien la masa estos buñuelos se darán la vuelta solos como por arte de magia. Si no, pues rasera en mano y a trabajar.

Sácalos con cuidado sobre el azúcar y rebózalos. Puedes añadir canela a esa azúcar, molan más.

Si la tarde de antes has hecho ganache… ¡¡como vamos a hacer de eso si no has explicado…!!!

Bueno va. Hervimos medio litro de nata, sacamos del fuego y añadimos medio kilo de chocolate en perlas o monedas. Deja enfriar muy bien mezclado y refrigera una noche.

Eso es la ganache. También llamada trufa cocida.

Mete en una jeringa de boca gruesa o una manga pastelera. Rellena los buñuelos y a cascarla la dieta.

Eso sí, para el café…. Sacarina.

Hasta la quincena que viene!!

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