La posmodernidá de

A lo largo de este artículo veraniego y complicado voy a incidir en un tema que nos asola: la calor.

Pues bien. Hace unos días se me ocurrió invitar a desayunar a una conocida y sin embargo amiga. Y le dije “ de quedar” en tal bar. Ella expresó su querencia o necesidad de hacerlo en un bar más de su agrado, más cerca de su trabajo.

Estuve pensando algunos minutos. Estas cosas se hacen por wasap, ya saben, y el wasap no es inmediato, te permite pensar.

Asi es que dije que como invitaba y pagaba yo pues yo era quién elegía el local. A los segundos y ante mi perplejidad surgió la gran pregunta. ¿ El pagar te da derecho a elegir el local? O en realidad la pregunta exacta fue Y PORQUE INVITAS TÚ, ELIGES TÚ?

Quiero llegar a la conclusión, en estos tiempos líquidos y posmodernos, de que la calor nos está matando.

Y digo esto, lo de la calor, por que necesito un argumento válido para defender mi derecho y no lo hice. Dije, tienes razón.

La posmodernidad es no tener derechos. Ni derecho. La posmodernidad es estar muerto de calor y decir, tienes razón, como pago yo, eliges tú el local. O algo así.