Pintura
La España Negra II
28 junio 2021
De Regoyos a Solana.
Darío Regoyos es, fue, un pintor de corte impresionista, conocido actualmente por sus amables paisajes más que por sus pinturas de viajes, auténticas narraciones de una época. Sin embargo él fue quien acuñó el término «España Negra«. En 1899 junto con su amigo, el poeta belga Émile Verhaeren, deciden viajar por España describiendo y pintando en el caso de Regoyos, esa España con unas formas de vida ancladas en el pasado y no precisamente para bien. Estas vivencias fueron recogidas en un libro titulado así: La España negra.
Un ejemplo es la Xilografía titulada «Las victimas de la fiesta» donde no aparece ni un toro, sino caballos eviscerados, que morían por decenas en cada corrida. Hay que considerar que el peto protector para el caballo no fue obligatorio y solo en plazas de primera, hasta 1929. En el resto no se impuso hasta finales de los cuarenta.
Documentándome sobre esta fecha leo en una publicación taurina (sic.)» Desde esa orden la fiesta nunca fue la misma»
Sin comentarios por mi parte.
En el cuadro “La diligencia de Segovia” emplea perspectiva con el punto de vista muy elevado para evocar una ciudad aún sin calzadas de piedra, con suelo de tierra y aspecto rústico. Refleja una diligencia de mulas y figuras vestidas con traje popular; podría parecer una visión folclórica, pero contiene cierto antifolclorismo: no refleja una visión andaluza de lo español, sino castellana, a través de figuras campesinas cuyo atavío no ofrece ninguna vivacidad ni exotismo.
Podemos ver mujeres sentadas en el suelo, vendedores ambulantes… una imagen de nuestro país muy distinta a la que se pretendía dar entonces, pensemos en los cuadros de Julio Romero de Torres donde todo son lozanas campesinas.
Viernes Santo en Castilla (1904) nos ofrece una procesión discurriendo por un puente por donde pasa el ferrocarril.
Sintetiza lo fundamental de la obra de Regoyos (enfrenta pasado y futuro, religión y técnica) y ofrece una explosión de luz. Regoyos es ejemplo de cómo los pintores norteños , él era natural de Ribadesella, reivindicaron Castilla en su arte más que los propios artistas castellanos.
Me llama la atención de este cuadro las figuras que se ven sobre la locomotora, el maquinista y el fogonero, que nos dan la proporción del tamaño de la máquina, así como la vivacidad de los colores en el humo, muy propio de Monet.
Otro ilustre pintor de la España Negra, y con él terminamos esta miniserie, es mi admirado José Gutiérrez Solana. José Gutiérrez Solana y Gutiérrez Solana hijo de una familia cántabra que había hecho fortuna en Cuba, se crió en un agobiante aunque enorme piso de Madrid repleto de muebles isabelinos, enormes alfombras, asfixiantes tapices, figuras de cera y sobre todo máscaras, de las que su padre había coleccionado procedentes de México y que marcaron su infancia.
Para colmo convivía con su tío, hermano de su madre, sordo, que sufría perturbaciones mentales como claramente deja ver en el retrato que Solana le hizo y que se titula así Florencio Cornejo el Mudo.
Solana que además de pintor fue un gran escritor también escribió un cuento con ese mismo título, Florencio Cornejo el Mudo.
Realmente me da pena no poder, por no cansar, profundizar más en el injustamente olvidado Gutiérrez Solana porque realmente tiene mucho recorrido. Solamente mostraros un par de cuadros.
En su obra «Los caídos» el título lo dice casi todo. La escena se sitúa en un espacio interior estrecho, claustrofóbico y sórdido de un lupanar. Para destacar la figura del travestido emplea una leve perspectiva jerárquica que agranda al personaje. En las figuras prima la frontalidad, la autonomía entre ellas –parecen no tener más relación entre sí que el estar ahí– y su disposición, en pose, al estilo modelo fotográfico busca evocar la sordidez, la suciedad, el desorden, inherentes al tema.
Como anécdota contar que este cuadro fue seleccionado para el premio Casa de Velázquez por su indudable calidad pictórica, pero ante la visita del rey Alfonso XIII los organizadores decidieron poner el cuadro en la pared detrás de las puertas, de forma que al abrirse éstas, el rey no pudiese verlo, no se fuese a ofender.
Solana ya tenía desde muy joven una idea muy clara de la pintura a realizar, rechazaba las leyes tradicionales de modelado y composición para dar prioridad al «carácter» de la obra, no le gustaba tampoco del luminismo sorollista que entonces y ahora tanto seduce al gran público.
Os pongo dos cuadros con la misma temática, una procesión de la Semana Santa. Un cuadro pintado por Gutiérrez Solana y otro por Sorolla. Uno la España Negra otro la España Blanca.
Vosotros/ vosotras podéis hacer los comentarios.
Conocía algo a Regoyos. —el cuadro del tren es clásico—, pero quedo sorprendido con Solana.
Me atrevo a pedirte que nos cuentes más cosas de ambos, y de más pintores de este tiempo. ¿Podrías hacer una serie de capítulos dedicados a la pintura en el contexto de esa época?