Hambre cero

Recuerdan que propuse hablar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Y  ¿ cómo hablar del hambre, un tipo que es feo católico y sentimental? ¿ Y cómo hablar del hambre un tipo que está en plena depresión del Ebro, todo rodeado de frutas verduras agua y grullas ( por decir algo) ¿

Ni idea.

En serio. Ni idea. A lo sumo les puedo comentar alguna historia, en la que puntualmente uno, que está viajado, ha pasado hambre.

Los occidentales tenemos tan poco contacto con el hambre, que por usar la palabra, la metaforizamos:

Tengo hambre de ti.

O las madres, que son poetas:

Hambre tenías que pasar. Mira que dejarte las lentejas.

Les explicaré que una vez inventé un país. Como no sabía que nombre poner a las monedas, le puse HAMBRE. Mil hambres sumaban un Ayuno. Y cada diez mil ayunos era un Glotón.

Si han llegado hasta aquí, solo quiero decirles, que es difícil hablar del hambre. Que es difícil contar el hambre ( quizás hay que leer a García Márquez en El coronel no tienen quién le escriba) y que el hambre, no se ofendan, cuanto más lejos, mejor.